viernes, 21 de octubre de 2011

Lectio Brevis: discurso de la estudiante Carla Miranda


El pasado 14 de octubre se realizó en el teatro del Colegio Loyola Gumilla la tradicional Lección Inaugural, con la presencia del rector Francisco José Virtuoso s.j., para darle la bienvenida al nuevo período académico 2011-2012. Carla Miranda, estudiante de la escuela de Derecho, pronunció el discurso en representación de sus compañeros. A continuación compartimos con ustedes, sus palabras:


Cuando tenía 9 años, mi corazón le dijo a mi razón que yo sólo podía hacer una cosa en mi vida: ser la voz de quienes no tenían voz, ser el hombro de quienes lo necesitaran, ayudar aquel que estuviera resquebrajado de dolor, a esa edad no sé si tenía la suficiente conciencia para decidir lo que haría de mi vida, pero yo lo supe. Al principio pensé que mi destino era sanar cuerpos heridos y enfermos, pero luego el camino seleccionado encontró un conjunto de trabas que de pronto me nublaron hasta el punto de ver mi sueño roto, pero al final la luz llegó a mi razón, no era la vía correcta, el fin seguía siendo el mismo pero el medio para lograrlo estaba equivocado, así fue que cambie la dirección. Hace 5 años tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, decidí que la justicia, la lucha por la convivencia pacifica y las leyes serían mi norte, entonces pensé “ya encontré el medio, ahora ¿dónde haré el recorrido?” El lugar perfecto para construir mi sueño, ese que encontré a los 9 años y ya estaba completamente traducido, fue así que empecé a recorrer una ruta llena de aventuras, retos, responsabilidad, compromiso, esfuerzo y logros, así me convertí en una UCABISTA.



Recuerdo la primera vez que entré a este campus universitario, me encontré de frente con la libertad y la pluralidad, pero después de ver mi sueño roto no podía de dejar de tener miedo “¿era la dirección correcta?” Cuando me dieron mi carnet estudiantil y le di la vuelta, había una frase de un Jesuita en la parte posterior que decía "toda acción debe pasar por la mente, por las manos y por el corazón" inmediatamente suspiré y pude sentir como me estremecía esa respuesta, este lugar empezaba a llenarme de inspiración, el miedo se acabó y me prometí que jamás dejaría de luchar, definitivamente rendirme no sería una opción.



La UCAB se convirtió en mi segunda casa, y ¿cómo no serlo? Si me regaló todas las oportunidades necesarias para construir con sabiduría, poco a poco, mi gran sueño, aquí aprendí que a través del esfuerzo y dando todo de mi al final lo lograría, cuando comenzaba el recorrido nunca me imagine cuán maravillosa sería esta experiencia, pronto me daría cuenta de lo afortunada y privilegiada que era, este era el lugar donde obtendría una necesaria formación integral.



También me encontré a los mejores compañeros de viaje en esta aventura, todos los que estaban a mi lado se convertirían en verdaderos amigos, a Angelisa una compañera colega con una enormes ganas de comerse al mundo, la Sra. Juanita siempre recibiendo mis reclamos y el profesor Eligio que supo dirigir nuestra Escuela con prudencia y determinación, de esta forma ellos y tantas otras personas se transformaron en un apoyo fundamental, lograba materializar la revolución de cambio que existe desde siempre en mi mente y en mi corazón. Me seleccionaron para formar parte de la Cátedra de Honor donde durante un año me enseñaron que ser líder “es crear un mundo al que todos deseen pertenecer”, para luego enfrentar una situación de crisis en mi Venezuela, al vernos sometidos a la arbitrariedad de la tiranía, mi generación universitaria salió a la calle, en defensa de nuestros ideales de democracia, de nuestros derechos. Mientras cumplía mi sueño me llenaba de conciencia ciudadana, el camino se sacudía conmocionado, pero esta Universidad me demostró que había que seguir adelante sin perder la esperanza de lograr ese cambio, sin dejar de preocuparme, seguí preparándome, estudiando y trabajando sin descanso, pues así somos los Ucabistas.



Luego una tarea de Derecho Penal me enfrentó a la realidad penitenciaria del país y esta Universidad nos brindó la oportunidad de dar a conocer la realidad de este ámbito oculto y unos pichones de abogados fuimos la voz de los olvidados sin derechos por haber cometido un delito, mientras, yo descubría otra meta en el logro de mi sueño.



Poco después, me di cuenta que para seguir materializando mi revolución, como nos aconsejaba Gandhi tenía que ser yo el cambio que quería ver en el mundo, por lo que me atreví a ir mucho más lejos de debatir los problemas nacionales, adquiriendo una conciencia de preocupación global, proponiendo soluciones, utilizando las herramientas de negociación y diplomacia, formé parte del liderazgo internacional de Venezuela en los Modelos de Naciones Unidas, logrando obtener reconocimientos en la ciudad de México que llenaron de orgullo a todos los que tuvieron conocimiento de esa exitosa experiencia.



Sin darme cuenta los días transcurrían rápidamente, yo seguía aprendiendo y creciendo, cada vez asumía más responsabilidades, mis compañeros Ucabistas vieron en mí una líder y con sus votos me llevaron a ser su representante, por lo que fui delegada de curso, miembro del Centro de Estudiantes, consejera de la escuela de Derecho y consejera de Extensión.



Ya en la etapa final de este recorrido, un admirado profesor nos seguía llenando de aprendizajes en clases y con sinceridad nos decía “… que cuando a uno le gusta lo que hace uno en realidad, no trabaja”, me pregunté ¿cuántas personas podrían decir eso?, ese mismo profesor pronto nos diría que la UCAB más que llevarla en una camiseta habría que llevarla en el corazón, con esas frases comprendí lo afortunada que era por estar viviendo mi sueño en este lugar lleno de esperanzas y de futuro.



Con estas palabras no he querido Ucabistas, contarles la historia de mi vida, aun faltan muchas vías por transitar y muchos retos que superar, sólo quería despedirme de estos espacios llena de agradecimiento a esta Universidad dándoles a conocer a ustedes valientes que comienzan el recorrido de su historia en este hermoso campus, lo privilegiados que son de tener esta oportunidad. Esta Universidad les brindará todos los espacios necesarios, queda de ustedes aprovecharlos, les invito a que se conviertan en verdaderos Ucabistas.



En esta época de despedidas y comienzo de nuevas etapas, le agradezco infinitamente a Dios por haberme guiado a esta mi segunda casa, el mejor consejo que puedo darles es que jamás pierdan la fe, por más que se sacuda el camino no se dejen nublar por el miedo, hace poco nuestro Vicerrector, mi querido profesor Rafael Estrada, nos decía a algunos estudiantes, que no nos dejáramos robar nuestros sueños, nuestros ideales, HOY espero que ustedes tomen esas palabras y salgan inspirados a luchar por lo que quieren ser y hacer de sus vidas, eso si, con la conciencia de que nuestro País necesita de profesionales con la responsabilidad y el compromiso suficiente para lograr el desarrollo de la patria, esta Universidad se ha convertido en una fuente predilecta en la generación de esos profesionales, por ello con orgullo pronto diré que soy una abogada venezolana y UCABISTA, siempre UCABISTA, gracias UCAB por permitirme construir mis sueños.

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